viernes, 30 de mayo de 2014

MANTENER EL ESTADO DE FLUJO DE L@S EMPRENDEDOR@S



Un@ emprendedor@ necesita estar en el canal de flujo hacia su objetivo, es un estado donde se abre la mente, la creatividad se despierta , la inspiración fluye, aumenta la ilusión y motivación, con una energía imparable acompañada de una fuerza positiva impulsora focalizada en el reto de alcanzar el objetivo.

Estar en estado de flujo es tener focalizada la atención en la acción , tener un reto que conseguir, la meta clara y sentimiento de control de la situación. Es el punto de equilibrio entre habilidades y retos.

Los retos importantes son aquellos en los que hay un pleno convencimiento de que lo sentimos, somos conscientes y nos motivan. De la misma manera las habilidades no son realmente las que tenemos sino aquellas que determinan este sentimiento de pleno convencimiento , las que pensamos que tenemos o debemos alcanzar .

La combinación del nivel de reto y las habilidades percibidas configuran los diferentes canales responsables de las experiencias asociadas a cada actividad, dando lugar a ocho canales experienciales :

-Cuando el reto es alto y las habilidades moderadas, se produce una experiencia de ACTIVACIÓN.
-Cuando el reto es alto y las habilidades bajas, se produce una experiencia de ANGUSTIA.
-Cuando el reto se moderado y las habilidades bajas, produce experiencia de PREOCUPACIÓN.
 -Cuando el reto es bajo y las habilidades bajas , se produce una experiencia de APATÍA.
-Cuando el reto es bajo y las habilidades moderadas , produce una experiencia de RELAJACIÓN.
-Cuando el reto es bajo y las habilidades altas, se produce una experiencia de ABURRIMIENTO.
-Cuando el reto es moderado y las habilidades altas, se produce una experiencia de CONTROL.

Cuando el reto es alto y las habilidades altas, se produce una experiencia de FLUJO.
Para mantener la experiencia óptima de flujo en el tiempo, es necesario que a medida que se repita la actividad, se vaya incrementando el nivel de reto a la vez que se incrementan también las habilidades.


EL LIDERAZGO EMPIEZA POR UNA MISMA


“Quien mira hacia fuera sueña, quien mira hacia dentro despierta”
Carl Jung

Esta frase de Jung refleja perfectamente el auto-liderazgo, y el despertar no es otra cosa que conocerte, crecer, creer y confiar en ti.

Liderarse es construirse y a la vez, cuidar tu propia fortaleza, puesto que el liderazgo empieza por una misma. Implica primero establecer una conexión propia, conocerte, descubrir tu esencia, aquello que te guía, que te conduce, que te inspira, aquella fuerza que acaricia en los buenos momentos y te sostiene en los malos, las emociones y sentimientos que te impulsan, o que te retienen… es analizar aquello que debes potenciar y conservar, aquello que necesitas, y aquello que debes soltar que no te beneficia.

Construirse es mirarse en los ojos de los demás, siendo guardiana de ti misma, de tu estructura, vigilando tus propias fisuras, y apreciando todo aquello que  valores en el otro, pues ello que significa que también existe en ti.
Construirse es cuidar tu silencio, y respetar el de los demás. Construirse es añadir valores en tu vida, es contar con los otros para que cuentes tú.

Liderarse es como llegar a tus propios cimientos. La conciencia de tu estructura, de cómo funcionas, de cómo piensas, como hablas, como sientes, como reaccionas, como comunicas, servirán para  que aprendas a sacar y potenciar todo aquello en lo que brillas, en lo que te reconoces, en lo que crees, en todo aquello que sabes que está dentro de ti. Y al mismo tiempo, que sepas contemplar tus partes débiles y darles el espacio de aceptación, y te preguntes y busques de qué forma puedes transformar algunas de ellas en fortalezas, sintiéndote que tu controlas tu pensamiento, tus emociones y como canalizarlas a través del cuerpo.

Cuando ejerces ese liderazgo, adquirirás la solidez, y energía para desempeñarlo con tus colaboradores, proyectándote hacia aquello que deseas con firmeza, fuerte, segura y equilibrada para dar lo mejor de ti.

Para liderar un equipo, hay que saber leer mucho más allá,  ser capaz de entender las emociones de las personas con las que colaboramos, comprender sus sentimientos, descubrir sus motivaciones, valores, actitudes y establecer  una manera de cooperar para influir positivamente en su estado emocional, puesto que es a través de nuestra conducta, nuestro comportamiento, el pleno control sobre nuestras emociones y la capacidad de dirigirnos y comunicarnos con los demás, donde podemos inspirar una visión positiva y alentadora en otros,  desarrollando en cada uno de ellos el sentimiento de ser parte del éxito del equipo, y como tal, merecedores del reconocimiento, redundando todo ello en un mayor sentido de dirección y cohesión.


jueves, 29 de mayo de 2014

EL PODER DE LA INTENCIÓN POSITIVA


"La intención positiva" nace de la PNL, y es para mí uno de los postulados quizás más revelador y transformador. 

Este postulado dice: "Todos los comportamientos tienen siempre una intención positiva" pero que significa esto exactamente?.

En todos nuestros comportamientos, pensamientos y también creencias, hay un propósito o una intención positiva detrás (protegerse, reconocimiento, seguridad, tranquilidad, etc.) y eso es lo que realmente nos mueve a comportarnos de determinada manera. Cuando somos conscientes de ello, podemos cambiarlo, buscando alternativas para satisfacer ese propósito o necesidad. 

Puede que nos cueste a veces entender el comportamiento de los demás, y nos preguntemos ¿Porque lo ha hecho?, ¿Porque me a dicho esto?, o Porque se comporta sí conmigo?

Si queremos comprenderlo solamente desde nuestra percepción, lo intentamos entender desde nuestras creencias y criterios, y nos quedamos sumergidos en la incompresión del hecho, ya que no compartimos los mismos mapas y creencias. Ante esto, podríamos llegar a etiquetar a esa persona, lo cual afectaría a su identidad, y ésta debe preservarse simpre por encima de todo puesto que en ella reside su autoestima, es decir, aplicarnos el "nunca discutiré sobre lo que tu eres, sino sobre lo que tu haces".

Lo más razonable es olvidarnos del comportamiento en sí, e ir a buscar que hay detrás de él, y preguntarnos que intención positiva lo sustenta, y que es lo que realmente intenta cubrir.   

Cuando somos capaces de entender en el otro qué le mueve a comportarse de una determinada manera, separando la identidad del comportamiento, esto nos propociona observar desde el no juicio, amplifica la visión de conjunto, y nos dota de flexibilidad. 

La flexibilidad nos otorga la libertad de pensamiento de no emitir ningún juicio hacia el otro, porque todos nosotros vemos la realidad de forma subjetiva, dando paso a opinar libremente, siempre y cuando esta libertad de opinión sea respetuosa para el otro y para el sistema al que pertenece, y admitiendo y respetando que ante un mismo hecho, las dos posturas son igual de válidas.






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LA ACTITUD Y LOS VALORES DEL COACH



La actitud de un coach es transmitir confianza, emocionar, contagiar entusiasmo, positivismo, incentivar la proactividad ante los retos, hacer nacer la ilusión para accionar, y el accionar con ilusión, empoderar y dar lo mejor de él mismo con pasión para sacar lo mejor del cliente.

Es tan importante la actitud del coach, como la del cliente, para que la relación de coaching funcione, ya que en definitiva es nuestra actitud, la que determina nuestro estado y conformará nuestra disposición a desarrollar todo nuestro potencial.

La actitud del cliente es fundamental para la consecución del objetivo, puesto que él es el responsable de llevar a cabo los compromisos a los que se ha comprometido en el tiempo acordado para alcanzar las metas.

Los aspectos esenciales a parte de los mencionados que forman la base de la actitud del coach son:

1.- El vacío: El coach acoge a la persona plenamente, sin ideas preconcebidas, sin juzgar hechos o palabras, sino desde la comprensión del cliente, la empatía y el no juicio.

2.- Presencia y escucha. Estar presente, es estar con atención plena dirigida al cliente, escucharle para saber y comprender que necesita, y entender desde donde le habla, desde que posición y contexto.

3.- La confianza: Es un valor primordial en una relación de coaching, puesto que si no hay confianza el proceso no puede continuar. La confianza es bidireccional, el coach ha de poder expresar impresiones, feedback, y a su vez, el cliente debe sentir la misma confianza hacia el coach, pues todo proceso se desarrolla bajo estricta confidencialidad.

4.- La integridad y honestidad del coach para saber mostrarse firme y no dejarse influir por circunstancias, hechos o peticiones que se puedan producir, que considere que no respeta sus valores más profundos.

5.- El respeto a la persona de su cliente, a su pensamiento, y a su intimidad, dándole el espacio que necesita para que pueda "ser”, crecer, descubrirse y sentirse realizado.

6.- La escucha: pues escuchar es también “ser” en el otro, y conlleva un saber acoger con calidez para que el cliente se sienta reconfortado.

Pero la que mejor representa la actitud de un coach es la aceptación de su cliente desde la igualdad y la sencillez, es decir estar presente en ausencia de ego, en una relación que fluye de ser humano a ser humano.